El Gobierno portugués ha cifrado en 35 millones de euros las pérdidas causadas por la huelga de diez días, del 1 al 10 de mayo, convocada por la Unión de Pilotos de Aviación Civil (SPAC) en la aerolínea TAP, inmersa en su privatización, que supone un coste de cinco millones más que el inicialmente previsto.
El ministro de Economía y Empleo portugués, Anónio Pires de Lima, señaló este lunes que la compañía dejó de ingresar casi 25 millones de euros durante estos días de paros, a los que hay que añadir otros diez millones del coste de pernoctaciones, comidas y gastos de transporte de los pasajeros afectados, informa el diario ‘Público’.
En la conferencia de prensa, el ministro reiteró que TAP ha logrado «más del 70% de los vuelos», siendo capaz de garantizar, durante los diez días de paros, 278 vuelos en virtud de los servicios mínimos decretados por el tribunal arbitral.
En un momento en el que todavía está sobre la mesa la posibilidad de nuevas protestas, el Gobierno luso ha pedido a la compañía que elabore «un plan de urgencia» para minimizar este impacto en sus cuentas.
NUEVAS MEDIDAS PARA TAP.
«El Gobierno está a la espera de un plan de gestión de TAP que garantice al mínimo las necesidades de tesorería», explicó.
Las medidas se darán a conocer la próxima semana, después de que los inversores que ha mostrado su interés por TAP presenten sus ofertas para entrar en el capital de la aerolínea lusa.
El fondo de capital de riesgo Greybyll, con sede en Londres, es uno de los inversores interesados por TAP, en proceso de privatización en el 66% de su capital, según este diario, un fondo conocido por adquirir empresas en situación difícil para proceder a su reestructuración, como en el caso de Monarch, empresa controlada en el 90% por el fondo de capital de riesgo.
Según detalló el secretario de Estado de Transporte luso, Sérgio Silva Monteiro, en una conferencia de prensa, dicho plan servirá para «mitigar la fragilidad y dar un mayor impulso a la tesorería» de la empresa, de forma que pueda desarrollarse «un posicionamiento comercial más agresivo» encaminado a reducir sus costes.
Preguntado por si este plan conllevará medidas de ajuste de personal, el secretario de Estado de Transporte luso se limitó a decir que el Gobierno portugués «no puede anticipar las medidas» que presentará la dirección de TAP.
ACUERDO CON SINDICATOS.
No obstante, el ministro de Finanzas luso recordó que el acuerdo firmado en diciembre con nueve sindicatos establece que, en el caso de la privatización, el comprador no puede acometer despidos colectivos durante los 30 meses siguientes a la adquisición, según el acuerdo que fijó el Estado luso con los nueve sindicatos.
Los compradores de TAP disponen además hasta el 15 de mayo para presentar sus ofertas para así cumplir con el calendario previsto, ya que en 2012 Portugal ya aprobó la privatización de la aerolínea y ha previsto un plan de negocios hasta 2016 para la misma.
Hay que recordar que en el pacto firmado en diciembre, entre los nueve sindicatos que suscribieron el acuerdo no figuran la Unión Crew Nacional de Aviación Civil (Snpvac), la Unión de Trabajadores de la Aviación y Aeropuertos (Sitava) y la Unión Nacional de trabajadores Aviación Civil (Sintac) ni el SPAC, sindicato convocante de los paros.
Fuente: http://www.europapress.es/
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