El fabricante aeronáutico europeo Airbus ganó 825 millones de euros en el primer semestre, un 46% menos respecto al mismo periodo de 2023, debido a una carga de 989 millones esencialmente vinculada a sus actividades espaciales.
El resultado neto operativo (ebit) se redujo un 23 % hasta 1.456 millones, pero en términos ajustados (básicamente excluyendo elementos no recurrentes) el descenso alcanzó el 47 % hasta 1.391 millones, explicó este martes Airbus en un comunicado.
La principal razón viene de la división de defensa y espacio, en la que el ebit ajustado fue negativo en 807 millones, frente a los 78 millones positivos en la primera mitad del pasado año.
El gigante europeo ya había adelantado hace poco más de un mes, el 25 de junio, que iba a establecer una provisión en sus cuentas semestrales, que entonces evaluó en 900 millones, como resultado de un ajuste de calendarios, carga de trabajo, aprovisionamiento y riesgos y de costes en ciertos programas espaciales de telecomunicaciones, navegación y observación.
Todas las opciones abiertas para el negocio espacial
En una conferencia telefónica para presentar los resultados, el consejero delegado del grupo, Guillaume Faury, explicó que durante «varios meses» van a seguir haciendo una revisión de sus negocios espaciales en la que van a contemplar «todas las opciones», de forma que teóricamente eso incluye la posibilidad de cederlos.
Faury precisó que se ha finalizado la revisión de la mayor parte de los programas, pero hasta que no se haya hecho con el último no se considerará el procedo concluido.
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No hay ninguna carga, sin embargo, para su programa del avión de transporte militar A400M que se ensambla en Sevilla (que en el pasado dio lugar a provisiones de miles de millones de euros), y eso aunque la compañía reconoce que «siguen existiendo riesgos en la cualificación de las capacidades técnicas y los costes asociados».
También hay incertidumbre sobre «la fiabilidad operativa de los aviones, la reducción de costes» y la capacidad para garantizar el volumen de producción sobre la base de las últimas revisiones.
En la primera mitad del año, se entregaron a los clientes 4 unidades del A400M, frente a las 3 del primer semestre de 2023.
El resultado neto operativo ajustado retrocedió un 13 % en su negocio principal, el de aviones comerciales, hasta 1.954 millones de euros, y en el de helicópteros un 16 % hasta 230 millones.
La facturación del gigante europeo progresó un 4 % hasta 28.825 millones de euros, con un incremento del 4 % en los aviones comerciales (21.215 millones), un estancamiento en los helicópteros (3.191 millones) y un alza del 7 % en la defensa y el espacio (4.985 millones).
En el primer semestre Airbus aumentó las entregas de aviones comerciales a sus clientes, con 323 aviones unidades (siete más que un año antes) y 124 helicópteros.
Problemas con algunos proveedores
Como ya había avanzado el 25 de junio, Airbus ha revisado a la baja sus expectativas para este año para tener en cuenta los problemas con algunos de sus proveedores y con el plan de producción, de forma que su objetivo es ahora entregar alrededor de 770 aviones comerciales, y no 800 como anunciaba hasta entonces.
Una de las consecuencias es que la dirección de Airbus cree que el ebit ajustado este año se quedará en torno a los 5.500 millones de euros, muy por debajo de la horquilla de entre 6.500 a 7.000 millones que anticipaba hasta hace ahora un mes.
Faury precisó que esos problemas de producción se han producido con «un número limitado de proveedores», sobre todo de algunos equipamientos de cabina, como los asientos, y de los motores.
Eso es lo que ha llevado a reducir el objetivo de entregas en 2024 y a retrasar un año más, hasta 2027, la meta de aumentar la cadencia de producción en su familia A320 de aviones de pasillo único hasta 75 al mes.
Los cuellos de botella en la fabricación es el gran reto al que se enfrenta Airbus, como su competidor estadounidense Boeing, ante un mercado de la aviación en el que la demanda sigue creciendo a fuerte ritmo para responder al aumento del apetito por volar y a la voluntad de las compañías para dotarse de aviones que consuman menos queroseno.
En la primera mitad del año, el grupo europeo recibió encargos para 327 aviones (310 si se excluyen las cancelaciones), con lo que su cartera de pedidos era a fecha del 31 de junio de 8.585 unidades. Es decir, más de 11 años de producción al ritmo actual.
Con información de EFE
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